lunes, 12 de enero de 2009

La breve historia de como conocí a Richard Johnson









Creo poco, muy poco en las casualidades, soy fiel seguidora a la filosofía que dice: el trabajo duro y el empeño son el camino a seguir para conseguir una vida llena de éxitos y fortunas, al conocer al aclamado Richard, he descubierto que a esta mezcla es necesario agregarle un ingrediente más... la suerte.
Esta es mi lado de la historia:

Ingrese a un proyecto de facilitación del Tratado de Libre Comercio México- Unión Europea (PROTLCUEM) efectuado casualmente los 2 primeros días del I Simposium Internacional de Tecnologías de Información, organizando por la Facultad a la cual pertenezco.

Momento clave: un compañero, que se encontraba de presentador en este Simposium formaba parte de mi equipo de Mercadotecnia Internacional, y fui a buscarlo para presentarlo a los empresarios de dicho proyecto… es aquí cuando mi el curso de mi vida cambia en un segundo… el organizador de dicho evento me conoce muy bien y sabe de mis dotes, ocasionalmente, como oradora y fui llamada como “bateadora emergente” para presentar primero a Martina Trucco (HP Open Labs Latinoamérica) y finalmente presenté a Michael Cusumano (MIT) y comencé a llevarme bien con su esposa, motivo por el cual fui invitada a cenar, por meramente con el fin de amenizar la cena y encontrar temas de plática.

Durante este encuentro, entablé una linda relación con Martina, que moría de ganas por conocer unas famosas ruinas mayas de la Región: Chichen Itzá, le aclaré que esta visita debía ser efectuada al día siguiente, Viernes 3 de Octubre de 2008, y así fue al terminar la cena, intercambiamos número teléfonicos.

Al ya ser noche había quedado con mis amigas de visitar un bar estilo karaoke, al cual el Sr. Johnson se encontraba invitado por azares de su “marca personal” (persona encargada de el durante su estancia en México), Cecilia, fuimos presentados, debo reconocer que para mi se trataba de un ser humano más que respiraba, se veía evidentemente cansado luego de unas nada despreciables 17 horas de viaje desde Santiago, Chile.




Al amanecer en Viernes, Martina y yo, salimos rumbo a Chichén Itzá, un viaje super entretenido que me permitió conocer a Martina de una manera más personal, contándonos todo, familia, amigos, nuestras historias… terminamos en la conclusión que le recordaba a una de sus primas, así que, para mi, se terminó convirtiendo en mi prima que vive en Puerto Rico.




Por la noche de este mismo día, nos encontramos a Cecilia, Irais y Richard en el Centro de la blanca Ciudad de Mérida, por mi parte ir a cenar, mientras que el otro grupo a pasear; sin embargo quedamos de acuerdo para salir de “tour” el Sábado 4 de Octubre, con claramente ni idea hacia donde nos dirigíamos pero aceptamos gustosas.

Sábado 4 de Octubre 2008: nos encontramos en un famoso restaurant de comida típica yucateca, especialista en exquisitos tacos de cochinita y lechón, luego pasamos por un starbucks y de ahí a las Ruinas de Mayapan (que para mi ahí sentí las primeras sensaciones de: este hombre tiene algo) posteriormente la Hacienda Sotuta de Peón y para finalizar nuestro día el luz y sonido de Uxmal (momento mágico ligeramente opacado por un señor de altísima educación que le fascinaba hablar por el celular en plena función).











Domingo: me dije a mi misma: dejaré que me extrañen un poco mientras visitan Chichén Itzá (yo acababa de ir apenas 2 días antes), al regresar pasaron por mi para hacer las últimas horas de Richard al menos algo memorables; y así visitamos puerto Progreso con mi amiga (Cecilia) ligeramente enferma, un virus marciano la había atacado y la dejó imposibilitada para despedir a Richard, tarea que me fue encomendada y me parece que la cumplí bastante bien, nuevamente.. que coincidencia!




Las últimas horas de la segunda visita de Richard Johnson a la Ciudad de Mérida transcurrieron de la siguiente manera: Cena en TG Friday’s (mesa para 2) en apenas unas simples 2 horas de plática sobre diversos temas, descubrí que había encontrado al hombre de mi vida, encontré que había llegado momento de construir con palabras un puente indestructible que algún día nos reuniría nuevamente.

Lo despedí sin ninguna contrariedad en las últimas horas del Domingo, apenas unas horas después recibo la primera soCreo poco, muy poco en las casualidades, soy fiel seguidora a la filosofía que dice: el trabajo duro y el empeño son el camino a seguir para conseguir una vida llena de éxitos y fortunas, al conocer al aclamado Richard, he descubierto que a esta mezcla es necesario agregarle un ingrediente más... la suerte.

Una breve llamada mi celular desde el aeropuerto de Ciudad de México para indicarme que todo estaba bien y había llegado perfectamente a tomar su siguiente vuelo con destino a Santiago, nos despedimos nuevamente.

En unas cuantas horas más recibo la que sería la primera llamada (de muchas más) desde skype de apenas 18 minutos 12 segundos, con el único fin de saludarme y decirme que había llegado perfectamente bien, se despide algo cansado..

Unos 2 meses y 20 días más, me tocó reencontrarmelo e ir directamente por el a su llegada al aereopuerto de la Ciudad de Cancún, Quintana Roo… pero eso, ya es otra historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario